En el norte de Chile. En el desierto de Atacama.
Publicado: Lun Nov 01, 2010 9:49 pm
Me gustan mucho la zonas desérticas y desde hace años deseaba visitar el desierto de Atacama en su parte chilena, el sur de Atacama. La parte peruana la había recorrido unos años atrás.
Mi intención era, entrando desde Perú, llegar a La Serena, pero por circunstancias, sólo he llegado hasta Huasco. Desde allí regresé hacia el norte, rumbo a Lima
Aunque el principal motivo de mi viaje no era botánico, sí me había propuesto ver especies chilenas y visitar el parque nacional Pan de azúcar para poder contemplar por primera vez Copiapoas en su medio.
El desierto de Atacama es el más seco del mundo y recorriéndolo se comprueba a simple vista.
Durante cientos de kilómetros no hay ningún tipo de vegetación. Impresiona ver un árbol aunque esté seco:
Parece una alucinación ver algo de color verde:
Desde la frontera con Perú, al norte de Arica, hasta el cruce de la carretera Panamericana con la carretera que baja hasta Taltal lo único verde se ve son los jardines de algunas ciudades y pueblos, que aprovechan aguas subterráneas.
A partir de Taltal todo cambia. Este año ha llovido mucho más de lo normal y el desierto está verde y florido.. Aunque hay especies de cactáceas que viven más al norte, en Taltal se hacen evidentes. Sin buscarlas se empiezan a ver miles y miles de ejemplares de Copiapoas.
Tuve mucha suerte y pude ver Copiapoas y Eriosyces mucho antes de conocer Pan de Azúcar.
Leyendo los libros de G. Charles y de Schulz, me di cuenta de que la zona de Taltal era un buen punto de partida para ver Copiapoas. No tuve que buscarlas, salieron a mi encuentro.
Nunca había imaginado que hubiera tantos ejemplares de una sola especie. Leyendo los foros y los libros siempre había creído que las Copiapoas crecían sólo en puntos muy concretos. Me gustó tanto Taltal que me que he estado 10 días entre este pueblo y Paposo. He hablado con gente de los dos pueblos, me han invitado a comer en casas particulares y hasta me han invitado a dormir . He mareado a la gente haciéndoles todo tipo de preguntas sobre la Camanchaca, las Copiapoas, el clima…A cambio me tocó hablar durante horas del Real Madrid y del Barcelona. Un intercambio de información de lo más curioso. Nunca olvidaré las formidables plantas que admiré en estas localidades (miles y miles de cactáceas) y sus alrededores, pero mucho menos lo maravillosamente bien que me trataron sus habitantes.
Me hizo ilusión fotografiar este cartel tan conocido . Lo he visto en webs y libros:
Adivinad, qué hay plantado dentro del círculo azul...¡Copiapoas!
Aquí se ve la siempre presente Camanchaca y el tramo de carretera conocido como “cuesta de Paposo”, una “señora” cuesta que he subido y bajado, a pie, varias veces y que es la culpable del enterramiento de muchísimas Copiapoas. Me temo que los años muy lluviosos son catastróficos para las Copiapoas de estas laderas. La lluvia arrastra tanta tierra que cientos de plantas quedan sepultadas.
Continuará...
Mi intención era, entrando desde Perú, llegar a La Serena, pero por circunstancias, sólo he llegado hasta Huasco. Desde allí regresé hacia el norte, rumbo a Lima
Aunque el principal motivo de mi viaje no era botánico, sí me había propuesto ver especies chilenas y visitar el parque nacional Pan de azúcar para poder contemplar por primera vez Copiapoas en su medio.
El desierto de Atacama es el más seco del mundo y recorriéndolo se comprueba a simple vista.
Durante cientos de kilómetros no hay ningún tipo de vegetación. Impresiona ver un árbol aunque esté seco:
Parece una alucinación ver algo de color verde:
Desde la frontera con Perú, al norte de Arica, hasta el cruce de la carretera Panamericana con la carretera que baja hasta Taltal lo único verde se ve son los jardines de algunas ciudades y pueblos, que aprovechan aguas subterráneas.
A partir de Taltal todo cambia. Este año ha llovido mucho más de lo normal y el desierto está verde y florido.. Aunque hay especies de cactáceas que viven más al norte, en Taltal se hacen evidentes. Sin buscarlas se empiezan a ver miles y miles de ejemplares de Copiapoas.
Tuve mucha suerte y pude ver Copiapoas y Eriosyces mucho antes de conocer Pan de Azúcar.
Leyendo los libros de G. Charles y de Schulz, me di cuenta de que la zona de Taltal era un buen punto de partida para ver Copiapoas. No tuve que buscarlas, salieron a mi encuentro.
Nunca había imaginado que hubiera tantos ejemplares de una sola especie. Leyendo los foros y los libros siempre había creído que las Copiapoas crecían sólo en puntos muy concretos. Me gustó tanto Taltal que me que he estado 10 días entre este pueblo y Paposo. He hablado con gente de los dos pueblos, me han invitado a comer en casas particulares y hasta me han invitado a dormir . He mareado a la gente haciéndoles todo tipo de preguntas sobre la Camanchaca, las Copiapoas, el clima…A cambio me tocó hablar durante horas del Real Madrid y del Barcelona. Un intercambio de información de lo más curioso. Nunca olvidaré las formidables plantas que admiré en estas localidades (miles y miles de cactáceas) y sus alrededores, pero mucho menos lo maravillosamente bien que me trataron sus habitantes.
Me hizo ilusión fotografiar este cartel tan conocido . Lo he visto en webs y libros:
Adivinad, qué hay plantado dentro del círculo azul...¡Copiapoas!
Aquí se ve la siempre presente Camanchaca y el tramo de carretera conocido como “cuesta de Paposo”, una “señora” cuesta que he subido y bajado, a pie, varias veces y que es la culpable del enterramiento de muchísimas Copiapoas. Me temo que los años muy lluviosos son catastróficos para las Copiapoas de estas laderas. La lluvia arrastra tanta tierra que cientos de plantas quedan sepultadas.
Continuará...